¿Por Qué Invertir en I+D Es la Clave para el Crecimiento Económico Global?

La investigación y el desarrollo (I+D) no es solo una palabra de moda; es el motor que impulsa las economías más poderosas del mundo. En un contexto global cada vez más competitivo, invertir en I+D se ha convertido en la clave para lograr un crecimiento económico sostenido. No se trata solo de crear productos innovadores o avances tecnológicos, sino de fortalecer la competitividad y mejorar la productividad a largo plazo. Países como Corea del Sur, Alemania y Estados Unidos han demostrado cómo la inversión en I+D puede transformar una economía, consolidándolos como líderes mundiales en sectores clave como la tecnología, la biotecnología y la energía renovable. LÍDERES EN I+D

¿Qué pasa cuando un país decide invertir en innovación tecnológica? Los efectos son inmediatos. Las empresas mejoran su productividad, se desarrollan nuevas industrias, y los mercados se abren a nuevas oportunidades. Un ejemplo claro es Corea del Sur, que destina más del 4% de su PIB a I+D. Esto les ha permitido no solo dominar industrias como los semiconductores y la electrónica, sino que también son el país pionero en automatización e inteligencia artificial. Tanto ha avanzado la tecnología en Corea del Sur que el 10% de los trabajadores son robots, aquí se explica: Enlace

Pero lo más impresionante de la I+D es su capacidad para crear nuevas industrias. Sectores como el Internet de las Cosas (IoT), la biotecnología y las energías limpias han nacido gracias a la inversión constante en investigación. No solo se generan productos innovadores, sino que también nacen empleos altamente cualificados y se crean mercados completamente nuevos. Por ejemplo, la transición hacia energías renovables no solo está ayudando a combatir el cambio climático, sino que está abriendo nuevas oportunidades de negocio, con una demanda global por tecnologías más limpias y eficientes.

Los beneficios de la I+D no siempre son inmediatos, pero siempre valen la pena. Según estudios de la OCDE, por cada dólar invertido en investigación, se pueden generar entre 2 y 5 dólares de retorno. Esto no solo se refleja en términos económicos, sino en mejoras tangibles en la vida diaria, desde nuevos tratamientos médicos hasta tecnologías que facilitan nuestro día a día. Los retornos de la I+D no solo enriquecen a las empresas, sino que también contribuyen a mejorar la calidad de vida a nivel global.

Según los datos DataBank del Banco Mundial, los países de Europa Occidental que más invierten en I+D son Suecia (3.3% del PIB), Suiza (3.1%) y Alemania (2.9%). Estos países se destacan por su alto compromiso con la innovación, lo que les permite mantener una ventaja competitiva en sectores clave como la tecnología y la manufactura avanzada. Dinamarca también se sitúa entre los más altos con una inversión cercana al 2.8% del PIB. En contraste, países como España e Italia destinan menos del 1.5% de su PIB a I+D, lo que refleja una brecha en comparación con los líderes de la región. Este panorama resalta la necesidad de incrementar las inversiones en investigación y desarrollo en estos países para potenciar su crecimiento económico y su capacidad de innovación a largo plazo.

Alfonso Borreguero Cardoso.